Arco de la Estrella

Nunca hubo aquí puerta, ni en tiempos de los romanos, ni en tiempos de los almohades, por ser esta zona fácilmente practicable; pero el crecimiento imparable de la ciudad así lo aconsejó en el cuatrocientos y así se hizo: a los pies de la Torre del Bujaco y con una torre levantada ex profeso para defenderla, la hoy conocida como Torre de los Púlpitos (con sus aires abulenses) y entonces también conocida como Torre Nueva. Junto a ella, unas casas de los Mayoralgo que servían --en régimen de alquiler- de sede del Concejo. Las otras puertas perdieron protagonismo frente a ésta, erguida en la zona más popular y populosa de la entonces Villa.

Su protagonismo era tal que, el 30 de junio de 1477, la Reina Isabel entró por ella a la ciudad acompañada del Cardenal Mendoza y toda su corte. En ella jura ante el Concejo, justicia, regidores, caballeros, escuderos y vecinos de la dicha villa el Fuero que en su día otorgara Alfonso IX. Allí apareció el bachiller Hernando de Mogollón, quien, de finojos, le pidió el juramento. Doña Isabel dijo: Sí juro, e amén . Fueron testigos, según el documento firmado por el escribano Luis González, que obra en el Archivo Municipal, Diego de Paredes, García Dosma y Diego Ximénez. Dos años más tarde, el 27 de febrero de 1479, jurará allí el Fuero su marido Fernando V, recién convertido en Rey de Aragón por muerte de su padre Juan II.

Pero nada es eterno, ni siquiera en la ciudad sobre la que triunfó la eternidad, y así, en 1726 Bernardino de Carvajal Toledo, II Conde de la Quinta de la Enjarada, Regidor Perpetuo de Cáceres y Alcalde de la Hermandad por el Estado Noble, mandó --a sus expensas-- derribar la Puerta Nueva y encargó levantar el Arco de la Estrella al genio de Manuel de Lara Churriguera. Don Bernardino era propietario del Palacio de Moctezuma y sufría las incomodas maniobras que los carruajes debían efectuar para adentrarse intramuros. El derribo de la Puerta Nueva era un asunto que incomodaba al obispo de Coria, Don Sancho de Velunza, que debía ser de armas de armas tomar, y que --so pretexto de que el ruido de los carruajes le molestarían en su palacio-- excomulgó al Conde de la Quinta y a Don José Joaquín de Mayoralgo y Chaves, XII Señor de la Torre de Mayoralgo y Regidor Perpetuo él también.

El churrigueresco Arco de la Estrella es un hermoso arco escarzano, rebajado, con el intradós sesgado gracias a un original, y escenográfico sistema de bóveda en esviaje que permite fácilmente la entrada y maniobra del tráfico rodado. A su lado el epigrama que recuerda los juramentos reales y sobre él los recordatorios de la construcción del arco y el blasón de la ciudad, otorgado por Isabel la Católica, a quien debemos el hecho de haber dado definitivamente a Cáceres un escudo propio en lugar de usar --como hasta entonces se había hecho-- las armas de Castilla o de León.

"Desfagan los dos sellos que tienen del Concejo y fagan uno y non más; que tenga un escudo de armas y en la mitad dél aya un castillo y en la otra mitad un león; las cuales armas yo doy por armas propias suyas a la dicha Villa de Cáceres para siempre jamás" . Así lo dijo y así ha sido desde entonces.

En el interior y ya hacia el Adarve el templete que alberga la imagen de aire salmantino de la Virgen de la Estrella, con arco de medio punto, aletones, pilastras, frontón partido, rematado de pináculos y cruz. La Virgen --de acentuada sinuosidad y que recuerda el modelo de la Inmaculada-- sostiene, sobre una nube de querubines, al Niño en mano izquierda, mientras en la derecha sujeta un cetro. Todo el conjunto se asienta en una basa sobre la que se labraron las armas de Carvajal. Junto a ella el farol que da nombre a la imagen y al arco, sujeto por una palomilla gótica, recientemente restaurado y que con bastante posibilidad- ya estuvo en la Puerta Nueva.

El Arco de la Estrella es un anticipo de lo que nos espera, un arco dieciochesco, de concepción urbanística barroca, obra maestra de la ingeniería y que se integra entre elementos anteriores. Prepárense y abran los sentidos: el paseo por la eternidad acaba de comenzar.